miércoles, 17 de febrero de 2010

Quiero dormir y no puedo. No es porque no tenga sueño, justamente eso me sobra, pero ahora que por fin encontré una forma de expresarme no puedo hacerlo. Mi cuerpo me pide por favor que siga escribiendo, mi mano no responde, está poseída, duele tanto que ya no duele ¿Es eso posible? Tanto tiempo guardándome todo para mí misma, cosas que no quería, no podía contar, y ahora confío plenamente en esto. Pongo mi corazón y mi mente en el papel, voy tatuando lentamente mi existencia en este mundo (muy metafórico ¿no?). Pero me voy a dormir. Tengo que dormir, aunque no me atrae la idea, y conociéndome, antes de dormir, que es cuando me surgen las grandes ideas, voy a pensar en algo para escribir y hasta que no lo haga no voy a parar. Mis dedos tiemblan … yo sigo con mi pluma en la mano, mi mejor amiga, mi amor prohibido, que transmite todo lo que pienso lo más rápido que mis manos lo permiten. Y es que no quiero perder esto, no quiero que el hilo de mis pensamientos se corte y se quede en… nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario